SQUĀLIDU
SQUĀLIDUS, -A, -UM ‘áspero, rugoso; sucio, abandonado, inculto’ es un adjetivo de la segunda declinación, cuya forma de base es el también adjetivo SQUĀLUS, -A, -UM ‘sucio’, y el verbo SQUĀLEŌ, -UĪ, -ĒRE ‘estar rígido, áspero; tener una costra de suciedad’. Se sustantiviza como SQUĀLOR, -ŌRIS ‘la rigidez, la aspereza, la suciedad; el atuendo descuidado propio del duelo’ o su sinónimo SQUĀLĒS, -IS (GAFFIOT, TLL, LEW II: 582). Walde y Hoffmann reúnen esta familia con la de SQUĀMA ‘escama’. La noción común es la de algo escamoso, hirsuto, erizado; de ahí aplicaciones posteriores a los terrenos bravíos, erizados de monte, que han de ser sometidos a roza o quema para su puesta en cultivo o para el aprovechamiento de los pastos. Los descendientes patrimoniales romances son solo hispánicos (REW 8197ª, 8198), aunque Meyer-Lübke escinde, quizás innecesariamente, en dos étimos: *SQUALEUS ‘bravo, sin desmontar’, y SQUĀLIDUS ‘sucio’. En otras lenguas neolatinas, subsisten por vía culta. Los derivados actuales en francés son cultismos tardíos desde SQUĀLIDUS (FEW XII: 215); también emergen por vía docta formas italianas como squàllido ‘en estado de abandono o de miseria; demacrado’ (DELI s.v.). En documentos medievales consta la forma scalidus (DuCange VII: 329c).
Redacción: Pascual Riesco Chueca