Robla, La
Tipología o caracterización geográfica
Étimo
Ámbito semántico
Resumen general
El topónimo La Robla se fijó, probablemente, a partir del apelativo leonés continuador del lat. Rōbōre s.n. ‘roble’ (REW. Gaffiot). Primera doc. 1364.
Aspectos geográficos, históricos, administrativos
El topónimo La Robla designa un municipio y una localidad leonesa de la comarca Montaña Central, situada a orillas del río Bernesga.
Hasta el siglo XVI fue un barrio dentro de la parroquia de Alcedo de Alba. A partir de esa fecha comenzó a adquirir importancia convirtiéndose en centro del concejo de Alba
Información específica de étimo para este topónimo
Se ha dado varias interpretaciones del topónimo estudiado.
El topónimo La Robla se fijó a partir del apelativo roble/robre continuador de robore formado a partir del lat. robur, -oris s.n ‘roble’, ‘fuerza, robustez’ (Plin. 16, 19; 16, 28: Gaffiot) en el momento en el que se perdió la declinación clásica y los neutros en –r tomaron una vocal paragógica. Los neutros se integraron entre los masculinos o los femeninos en función de su terminación, mientras que los de tema en –r, como el caso que nos ocupa, se hicieron unos masculinos y otros femeninos, dado que la terminación –e era indiferente genéricamente. robore se integró entre los masculinos de ahí los cognados románicos port. roble esp. roble cat. roure prov. roure fr. rouvre; mientras que en italiano rovere fluctúa entre masculino y femenino, como también ocurre en el continuador asturianoleonés: el roble peor también la roble (DELLA), robleto y robleta; una fluctuación que ha perdurado en la toponimia: El Roble (Go, Ast) y La Roble de manera similar Rebollu (Mi, An) y Rebolla (Ri). La presencia de –a final en el topónimo estudiado, La Robla, podría deberse a una creación analógica femenina (GarcíaToponAst s.v. Robléu) o a una manera de acomodar el término al género que se atribuye al árbol (Sánchez Badiola, 2006: 113).
Llamazares, por su parte, propuso partir de robora, neutro plural de rōbur, -oris, integrado como femenino singular, pero conservando el valor de colectividad que ya tenían los neutros latinos en –a, pues señala, tal como muestra la documentación medieval leonesa, que solo los árboles considerados popularmente como frutales (la cerezala, la nozal, la peral -a) se integraron en los femeninos, frente a los demás árboles que se hicieron masculinos (el saúco, sauce, roble) (1990: 108). Sánchez Badiola responde que no solo los árboles frutales portadores del sufijo ar/al son, por lo común, femeninos, sino que por una parte hay ejemplos como la bedul, la bedulina, lampazo, lampaza, salguero, salguera, con indefinición genérica y, por otra, que en hablas comarcales ciertos árboles no frutales, generalmente masculinos, pueden adoptar el género femenino: chopa, olma, negrilla, carrasca, rebolla (2006: 111-112)
Para Rodríguez Fernández el topónimo La Robla no tiene una motivación fitonímica sino en la costumbre de ratificar un trato con un convite y, por tanto, con el apelativo que la designa: robla/robra o conrrobla ‘convite que se celebra al cerrarse un trato’, ‘convite entre dos o más contratantes en señal de haberse efectuado un trato o contrato’ (1985: 86). En este sentido robla o robra sería continuador de la voz latina *rōbora, la cual se ha entendido como un deverbal de roborare (roboro ‘fortificar, hacer robusto, afirmar, consolidar’ (Lucr. 4, 1038; Col. Rust. 6, 27, 8: Gaffiot) o un continuador de rŭbŏr, ōris, s. m. ‘color rojo’ (Cic. Nat. 1, 75 ; Or. 79: Gaffiot) por el color de la tinta con la que se firmaba el trato, la cual se obtenía de las agállaras y cortezas de los robles, y de ahí pasaría a referirse al pacto, escrito o no, que lleva consigo el trato. Otra posibilidad es que proceda de rōbora, neutro plural de rōbur, -oris, en referencia a la fuerza legal del pacto, presente en la documentación medieval con el significado de ‘fuerza, valor del testimonio documental’, cercano al significado del leonés robla o conrrobla (DELLA, s.v. robla)
Esta costumbre de sellar un trato con un convite, de cuya existencia en la Edad Media da sobradas muestras la documentación del monasterio de Villaverde de Sandoval, se ha conservado en Asturias, Zamora, León, Santander, Álava, La Rioja o Zaragoza. Frago menciona en el Campo de Borja la voz aunque dice que tuvo que tener mayor arraigo la aragonesa ‘elifara’.
Rodríguez Fernández explica que la localidad designada por el topónimo La Robla se asienta “en un paraje en que de antiguo cerraban sus tratos sobre aprovechamiento de los pastos del término los pastores y ganaderos venidos de otras regiones” (Rodríguez Fernández, 1985: 86). En la comarca “aún se conoce y solemniza en mercados y ferias leoneses el cierre o perfección de un pacto o contrato sobre ganados” con la robla o conrrobla. La tradición arraigada en la localidad y en el municipio de La Robla mantiene la creencia de que esta costumbre ha motivado el nombre de la localidad, sin descartar el otro origen. De hecho, el escudo de armas del municipio, aprobado en los años cincuenta del siglo pasado, en concreto en 1958, recoge en el primer cuartelado dos pastores al natural dándose la mano en señal de trato; en el segundo, una espiga de oro; en el tercero, un racimo de uvas al natural; y en el cuarto, un roble de sinople (Sánchez Badiola, 2006: 88).
La documentación medieval es muy escasa, en parte por la destrucción de la misma durante la Guerra Civil, pero, quizá, también porque hasta el siglo XVI La Robla no fue más que un barrio de Alcedo de Alba. Solo a partir del siglo XVI comenzó a adquirir importancia y se convirtió en el centro del concejo de Alba. La primera documentación conocida es del a. 1364 "La Roure" CDStPelayoOviedo 2, 401. Un término que se conserva en la zona colindante de Los Argüellos con género m. y f. y en la toponimia leonesa como femenino en Tierras de la Roble, adiles de la Roble de Valverde; también en otras zonas leonesas: La Roble (Caín), la majada la Robre (Sotres), si bien para estos dos casos se ha supuesto el lat. rubor 'rojo'; y en la toponimia asturiana: La Roble, en los concejos de Cabrales, Ponga, Casu. Por ello, sin descartar ninguna otra opción, creemos que la motivación es fitonímica, quizá como señalaba Sánchez Badiola, con el significado de ‘roble’, un árbol o mata de árboles, que dio nombre a un paraje y por extensión al pueblo allí formado al no ser este emplazamiento el lugar más abundante en este tipo de árboles (2006: 111). La terminación en -a podría ser consecuencia del deseo de remarcar el género femenino ya marcado morfológicamente por el artículo.
Documentación histórica
Antigua e medieval
Las menciones medievales son muy escasas.
- "Pedro Pérez de La Roure, morador en Alva", a. 1364, CDStPelayoOviedo 2, 401
Moderna
Paisaje toponímico próximo
En la provincia de León hay otras formas de designar el roble que se utilizaron como base toponímica:
Carualiu: incrementado con el sufijo –al con el significado de ‘robledal’: Carbajal de Fuentes ( Fuentes de Carbajal); Carbajal de la Legua (Sariegos); Carbajal de Rueda (Gradefes); Carbajal de Valderaduey (Villazanzo de Valderaduey). Y con el sufijo -osa: Carbajosa (Valdefresno).
*repullu o *robullu: incrementado con el sufijo ar/-al para indicar un 'lugar abundante en robles': Rebollar de los Oteros (Corbillos de los Oteros).
Llamazares Sanjuán (1990-91: 114 y 117) incluye Villaquejida (Villaquejida) dentro de los topónimos leoneses vinculados con el roble, a partir del continuador leonés del neutro plural *kaxita o *cassita 'los quejigos, o robeldillos'. Sin embargo, dada la estructura, cabría plantearse una motivación antroponímica.
Cognados y topónimos relacionados
León: Robles de la Valcueva, Robles de Laciana; los abundanciales con -etum: Robledo de Babia, Robledo de Caldas, Robledo de Fenar, Robledo de Guzpeña, Robledo de la Valdoncina, Robledo de la Valduerna, Robledo de las Traviesas, Robledo de Losada, Robledo de Omaña, Robledo de Sobrecastro, Robledo de Torío; La Vega de Robledo. Y el replicante Robledino (de la Valduerna) a partir de la doble incrementación -etu + -inu.
Asturias: El Roble (Go), Los Robles del Conceyu (Rs). En femenino La Roble (Cl, Po, Ca). Los colectivos con -etum: Robéu (Pi, Na, Sm, Ti, Gr), El Robléu (Rs, Pa), El Robleo (Uv), Robleo (Xx, Ll), Robéu de Teinás (Cn), Robléu de Biforcu (Cn), Robléu de San Cristuébalu (Cn), Robledo (An, Gs), Reboledo (Cs). Incrementado con el abundancial -al: El Robledal (Pa), El Robeal (Bi) Vid. GarcíaTopoAst, s.v. Robléu)
Zamora: Robledo (Puebla de Sanabria). Y el femenino Robleda (Sanabria)
en Toponimia asturiano-leonesa, proyecto integrado en el Toponomasticon Hispaniae.