*CŬRRALE
El étimo ha dado lugar al apelativo castellano corral, cuya acepción más común es la que recoge el Diccionario de la Lengua: 'En las casas o en el campo, sitio cerrado y descubierto que sirve habitualmente para guardar animales' (DLE, s. v.). Es una voz común a los tres romances hispánicos y al occitano (cat. corral, gall. curral) que se relaciona con el cast. y el port. corro 'recinto', 'cerco formado por un grupo de personas' (DCECH, s. v.).
Su etimología es incierta. Hubschmid (ELH, I, 40) relacionó corral y corro con un étimo céltico *kurro. Coromines lo relaciona con la forma del latín vulgar *CŬRRALE 'lugar donde se guarda el carro', derivado del sustantivo latino CURRUS 'carro' (DCECH, s. v.), que a su vez es un préstamo del céltico carrus. Por su parte, Rivas propone para toda la serie corral, corro el céltico *cor- / *corr-, relacionándolo con el irl. cor 'colina redondeada' (RivasToponMarín, pp. 267-268). Otra explicación remite a la raíz prerromana *kar(r)- 'piedra' con vacilación vocálica *kar(r)- / *kor(r)- (DETMCant, p. 139.)
El apelativo corral es muy abundante en la toponimia menor por su capacidad para vertebrar el espacio, pero también forma parte de la toponimia mayor bajo formas y estructuras diversas: con el apelativo en singular corral o en plural corrales (Los Corrales), a menudo determinado por un adjunto preposicional referido al propietario o poseedor (Corral de Garcíñigo, Corral de Calatrava), a un elemento del paisaje (Corral de Almaguer) o al macrotopónimo de referencia (Los Corrales de Buelna, Corral de Ayllón, Corrales de Duero, Corrales del Vino); como término de un adjunto preposicional (Villar de Corrales); e incluso con sufijación diminutiva latina -ĬCULU > -ejo (Corralejo, Corralejos).
Redaición: Marcelino Cortés Valenciano