CANDĬDA, CANDĬDU
El adjetivo latino CANDĬDUS, -A, -UM es un importante derivado del verbo CANDEO, originariamente "estar en llamas", "arder", más tarde "brillar de blancura", "ser de un blanco brillante". La palabra es antigua, usual, pero parece tener un sabor poético, elevado en época clásica. El abstracto correspondiente es CANDOR, CANDŌRIS, "esplendor", "blancura resplandeciente". De esta manera, el adjetivo ha significado "de un blanco brillante", "de un blanco espléndido", de donde "puro", "limpio", en definitiva "blanco" con toda clase de connotaciones positivas, un tanto marcado en este aspecto en relación a ALBUS. De él se deriva CANDĬDĀTUS, "vestido de blanco" originariamente, más tarde simplemente "candidato" (DÉLL s. v. CANDEO).
Apenas tiene pervivencia románica patrimonial. REW señala solo atosc. canido, piem. prov. cande y el derivado castellano candeal < candial. La toponimia muestra, con todo, la pervivencia de la palabra viva en suelo hispánico largo tiempo.
Redaición: E. Nieto Ballester