MĪRANDA
En principio el latín MĪRANDA es el participio de futuro pasivo del verbo MĪROR, en genero femenino singular o bien en género neutro plural. El verbo en época clásica significa "mirar con asombro", "admirarse", "asombrarse, con lo que esta formación adjetival aplicada a un sustantivo cualquiera significaría "digna de admiración", "admirable". Como sustantivo no aparece en latín clásico o tardío, pero a lo que parece sí existió en latín medieval con un significado cercano a "atalaya", "lugar alto desde el que observar, y así aparece definido en DuCange "Locus tecto columnis fulto coopertus, et a quo undequaque mirari seu videri potest", de difícil comprensión, pero algo así como "un lugar techado y con columnas donde asentarse y desde el que uno puede mirar a todas partes y ser visto". Se señala ejemplos, pero son claramente topónimos. Da la impresión de que la definición de Du Cange se basa en la interpretación de topónimos más que en un conocimiento de la palabra como término.
Parece que se trata de un término culto, latino, introducido en época medieval en la zona de Occitania y que después se extendió en alguna zonas de España como nombre propiciatorio de villas y ciudades de nueva fundación. Estaría, así, un poco en la línea de otros topónimos como Benfica, Biempuesta, Compuesta, etc. La utilización que se encuentra de Miranda como antropónimo sería indicio también de ello. Hemos de pensar, pues, en un significado cercano, pues, a "admirable" más que a "atalaya". Ello no obsta para que pueda haber habido una aproximación del término después a "mirar" en el sentido de "atalayar" al existir en las lenguas romances sustantivos del tipo mirador, mira, etc. frecuentes también en la toponimia y puede incluso haberse generado un sustantivo de ese significado, sinónimo de mira.
Redacció: E. Nieto Ballester