Peñarroya-Pueblonuevo es un municipio andaluz cuyo nombre refleja la fusión histórica de dos poblaciones originalmente independientes. Peñarroya tiene sus orígenes más antiguos documentados en 1272, cuando se menciona en el "Libro de la Montería" como "Penna Roya", refiriéndose a un cortijo medieval así conocido por el color rojizo de sus rocas.  Pertenecía al municipio de Bélmez.

Por su parte Pueblonuevo del Terrible, de curioso nombre, tiene un origen mucho más reciente, pues  surgió en el siglo XIX como consecuencia del auge minero de la comarca. Según la leyenda local, el nombre procedería de un perro llamado "Terrible" que supuestamente descubrió carbón al escarbar en el suelo. La explotación carbonífera atrajo compañías francesas y una gran inmigración, convirtiendo la zona en un importante polo industrial.

Ambos núcleos se independizaron de Bélmez con apenas dos años de diferencia: Pueblonuevo del Terrible en 1894 y Peñarroya en 1896. El crecimiento demográfico y urbano hizo que las dos poblaciones llegaran a ser contiguas físicamente. La fusión se materializó el 23 de febrero de 1927 y así se creó el actual municipio de Peñarroya-Pueblonuevo. Un año después, en 1928, Alfonso XIII concedió el título de ciudad al nuevo municipio en reconocimiento de su importancia.