*CANDĂNOS
Forma conjetural, probablemente de difusión céltica, que se manifiesta en distintas voces que significan ‘rama o leña seca; árbol quemado’ (dcech s.v. cándano, cándalo), representante, con sufijo átono, de una raíz indoeuropea, con variantes *kand-, *skand-, *(s)kend-, ‘brillar, fulgurar, ser de color claro’ (iew 526; ahd. s.v. kand-). Tiene correspondencias en varias ramas de la familia, en particular en antiguo indio, griego, albanés, celta y latín (candeō ‘brillar’, candēla, candēlābrum y otras formas). El sufijo átono, prerromano, originaría por disimilación la variante cándalo, también aplicada a la leña muerta o seca, que suele ser blanquecina (dcech s.v. cándano). García Arias, sin embargo, postula una directa evolución desde un latín *candulus, sinónimo de candidus, por lo que cándalo sería la forma primitiva y cándano la disimilada (della s.v. cándanu). Meyer-Lübke (rew § 1579b) piensa en una raíz *candēna ‘vegetación de color blanquecino’; basa su hipótesis fitonímica en los sufijos -al, -osa, -edo de los representantes toponímicos del conjunto, pero no cita entre los descendientes de esta base supuesta los términos cándalo, cándano; la forma reconstruida por él se basa en una acentuación *Candéna basada en un topónimo citado en 1538 sin tilde, A Cruz de Candena (entre Cicouro y Ceadea ZA, LeitePhilMirandesa I: 250). Pero actualmente consta como Cruz de Cándena, en variante portuguesa, Camino de la Canda (1909 pñl). Ello hace sin duda preferible la hipótesis del dcech, tanto más como que las formas más antiguas apuntan a una forma*cándano; solo más tarde emergen variantes del tipo Candenosa, que parecen secundarias.
Redacción: Pascual Riesco Chueca