PĂLŪDE, PĂDŪLE
El término latino PĂLŪS, gen. PĂLŪDIS, de significado “pantano, marisma, ciénaga”, se atestigua en latín arcaico, clásico y tardío. Pervive en varias lenguas romances tanto a través de esta forma (ita. palude, afr. palu, ven. plauo, etc.) como de un doblete tardío con metátesis *PĂDŪLE (tosc. padule, aesp. aport. paúl, rum. pădure, etc.) (DÉLL 478, REW 6183). En catalán el término existió con seguridad con una forma femenina, dada su presencia en la toponimia (así, por ejemplo, Les Paüls) Existen cognados en otras lenguas indoeuropeas, como el sánscrito palvala o el lituano pelkė. El término es neutro en sánscrito y femenino en latín, pero en bastantes lenguas romances presenta género masculino, algo común en la evolución de los sustantivos femeninos de la tercera declinación. En castellano se atestiguan en los ss. XII/XIII las formas paul y padul todavía como sustantivos femeninos, con el significado de "tierra encharcada o inundada", especialmente en los límites entre fincas. Para el portugués interesante DELP s.v. Paul con ejemplos de 882 y 960, pero en textos redactados íntegramente en puro latín (formas en abl. pl. PADULIBUS, con metátesis). A nivel semántico este significado general de “zona pantanosa o lacustre” se mantiene en todas las lenguas excepto en las balcorromances o de influencia balcorromance (rum. pădure) en las que ha adquirido el significado de “zona boscosa”. A lo que parece el vocablo penetró fuera del ámbito románico, en albanés pül y vasco madura, padura. Hay que hacer notar también que la toponimia española parece mostrar que junto a la forma usual en acusativo que se ha señalado más arriba una forma de nominativo singular PĂLŪS pervivió largo tiempo (así se explican topónimos como Cabo de Palos (Murcia), Palos de Moguer (Huelva) o Pals (Gerona).
Redacción: E. Nieto Ballester
L. Vargas Roman (4º curso Historia de la lengua latina, UAM)