ACERE
El lat. ACER ‘arce’ ha tenido continuación con el mismo significado, en referencia al árbol, en varias de las lenguas románicas, aunque adoptando diferentes formas. Tal como se indica en DÉLL (s. v.), una flexión ACER, ACĔRIS de un nombre de género femenino resultaba extraña, por lo que algunos autores lo usan como neutro. Se creó también un doblete ACERUS (de ahí el it. ácero). Asimismo se usó el adjetivo ACERNUS (cf. al. Ahorn). Mientras, el fr. érable procede de una forma ACERABULUS, compuesto híbrido en el que el segundo elemento es el galo *abolos. Cf., además, REW (§ 91-95).
Por lo que respecta al iberorromance, el cast. arce procede de ACĔRE(M) (> azre) con metátesis, aunque también se han dado las formas ácere y sácere –esta última por la aglutinación de la -s del artículo plural–, recogidas en el DLE (s. v.). Por su parte, el arag. acirón y el cat. auró provienen del derivado *ACERONE(M). Cf. DCECH (s. v. arce) y DECat (s. v. auró).
Redacción: J. J. García Sánchez