BALĀṬ
Para el origen de los numerosos Albalá, Albalat y Albalate (este último con -e paragógica) que se reparten por la geografía peninsular, existe consenso hoy en día en considerar que hay que remontarse a la voz árabe al-balāṭ 'el camino, la calzada'. También obedecen a ese origen los topónimos Albalatillo y Albalatejo, con sufijos diminutivos romances (DicTopEsp, s.v. Albalat de la Ribera; ATopE, p. 225).
No obstante, Vallvé_1999 (199) considera que algunos lugares que reciben el nombre de Albalá y sus variantes pueden «reflejar una simple transcripción de la voz latina palatium». Por su parte, Azevedo_2015 (15) opina que los Alvalade existentes en Portugal se asientan en una base latina PALATIUM, sobre la que ha ejercido influencia el árabe al-balāṭ. Para esta autora, el topónimo Alvalade no tendría relación con las vías de comunicación, sino con construcciones (residencias señoriales o casas de campo de hidalgos). En realidad, tanto la voz latina como la árabe están emparentadas, ya que «Balāṭ en árabe es una palabra que [...] proviene del latín palatium 'palacio', y ha dado origen en la lengua semítica a dos acepciones principales: 'pavimento enlosado' en relación con las antiguas vías romanas, y 'pórtico, galería columnada, nave de mezquita'» (FrancoSánchez_2017: 173).
La evolución fonética a partir del árabe clásico al-balāṭ ha pasado por las fases del árabe andalusí al-baláṭ y el mozárabe albalate hasta dar como resultado albala(te) y alvalade en romance (GonzálezMatellán_2018: 220).
Redaición: J. A. González Salgado