IACŌBUS
Nombre semítico-bíblico, de origen hebreo, indeclinable, IACŌB, IACŌBUS (Forcellini). Ya desde la Antigüedad, se registra con variantes en la forma: gr. Iacób, Iácobos, latín Jacóbus. La forma proparoxítona se deberá al influjo del griego. Parece haberse extendido desde Italia la forma tardomedieval Iácomus a España. Al ser nombre muy difundido ha dado lugar a numerosos apelativos deonomásticos en francés (few V, 8-12). Becker (HRN 584-586) despliega las variantes peninsulares a partir de tres formas: (1) Iacóbus: con formas medievales Iacob, Jacobo. (2) Iácobus: en la Castilla oriental, proporciona la solución Yagüe < Iácobi. (3) Iácomus: en el área catalana y levantina, origina los Jacme y Jaume. Puede indicarse complementariamente que quizás algunos de los Yago medievales, si no son oxítonos, proceden de Iácobus. En otros casos, se estará ante formas Yagó, Yacó, frecuentes entre judíos, que tal vez son descendientes directos (sin mediación grecolatina) del hebreo Ya’akov (o de su forma árabe Ya’qūb). El lema correspondiente en el Meyer-Lübke figura en la forma Jacob, a partir de la cual deriva algunos apelativos deonomásticos (rew § 4567).
Redaición: Pascual Riesco Chueca