ĀREŎLA
Se trata del diminutivo, ya documentado en latín, de ĀREA, un sustantivo básico del idioma, como básica ha sido durante siglos y siglos una "era" en una cultura cerealista como la latina. Varrón relacionó ya la palabra con el verbo ĀREO, "estar seco", "ubi frumenta secta, ut terantur arescunt..area", "se dice porque es donde secan el cereal segado para trillarlo". Es ocurrente, pero no es seguro, pues no acaba de entenderse en qué sentido se ha producido la hipotética derivación. No hay ningún otro término indoeuropeo seguro con el cual emparentar el nombre. Sea como sea, designa en latín clásico y tardío no ya solo una "era", sino en general todo espacio desprovisto de construcción, abierto por así decir, a la manera de "explanada" en español actual. De hecho, parece que el uso para "era" es una especialización del lenguaje campesino a partir de ese sentido general.
Este diminutivo ĀREŎLA puede haber sido el origen directo de algunas de las formas romances documentadas, pero con un ligero cambio de sentido, pues en latín designa en principio solo un trozo de jardín, un parterre (DÉLL, 45). Las lenguas romances muestran frecuentes resultados de esta forma diminutiva (REW 632): port. eiró (DELP, s. v.), gall. Eiroa (topónimo), cast. (como topónimo) Iruela, cat. erola (DCVB s. v.), it. ajuola, log. ardzóla, etc. Naturalmente es posible que en muchos casos estemos ante desarrollos romances, no heredados.
Redacció: E. Nieto Ballester