Nombre medieval germánico de posesor, formado por el elemento germ. *balth- ‘audaz, valiente’ y arius, del gót. -harjis ‘ejército’, que confluyó con el sufijo lat. -arius (HGN 37.1). El nombre personal se registra en la documentación del occidente peninsular con cierta frecuencia desde el siglo VIII: Baltarius 714 TCaaveiro y con la forma gallega desde el IX: Balteiro 883 DipAstur. De él descienden el gall., port. Baltar (a partir del genitivo BALTARII), Balteiro (a partir del acusativo) y el leonés Villabalter.