GRĀNĀTA, GRĀNĀTU
En latín existía el adjetivo grānāta, grānātu 'que contiene muchas semillas', que se empleaba únicamente en la denominación neutra mālum grānātum o pōmum grānātum 'granada' y 'granado'. Estas expresiones se solían abreviar como grānātum a secas, cuyo plural era grānāta, por ser voz neutra (OLD 847). El latín tardío debió de crear un nuevo singular *granāta 'granada' a partir del dicho colectivo neutro granāta 'granadas', de la misma forma que se creó el singular fŏlĭa 'hoja' a partir del plural neutro fŏlĭa 'hojas'. Del plural singularizado *granāta saldría la voz romance granata (ital.), granada (cast.), nombre del fruto del granado.
Pero también se debió de crear el adjetivo grānāta, grānātu 'rojo, del color de la granada', que se emplea en documentos latinos catalanes de finales del siglo X. Por ejemplo, hacia el año 960: "frenos granatos... et .II. as sellas granatas" (riendas rojas... y dos sillas de montar rojas") (CODOLCAT); y en el año 1005: "destruxerunt ipsam nostram turrem granatam, qui constructa erat in nostro alaude" (destruyeron nuestra torre roja, que estaba construida en nuestra heredad) (CODOLCAT; Pocklington_Granada 397). A este adjetivo tardolatino se remontaría el adjetivo francés grenat 'rojo como una granada' documentado desde el siglo XII, que Corominas considera de posible procedencia mozárabe (DCECH III, 198a25-51).
De este adjetivo procederían los muchos topónimos peninsulares Granada, Granadella, Granatilla, Granátula, Garnatela, Garnatilla, etc.
Redação: Robert Pocklington Freakley