Probablemente derivado del latín PŬLLUS 'retoño', que llegaría hasta rebollo 'retoño de cualquier árbol', en especial de encina y de roble, con anteposición del preverbio re- (DCECH, s.v.). De esta forma aparece documentado en el Vocabulario de Alonso de Palencia: "Colurnus, de córilo o avellano (...) como quecinus de quercu o rebollo", MenéndezPidal_Origenes.

Meyer-Lübke propuso, como etimología, un *ROBULLUS como diminutivo de ROBUR 'roble'; pero "las etimologías admitidas hasta hoy no esclarecen lo suficiente el origen de estas palabras [de la familia rebollar, rebollo, repollo, pimpollo]", según Lapesa en sus "Notas etimológicas", publicadas en Léxico e Historia. El paso semántico de 'retoño de un árbol' a la identificación con el roble, la explica del siguiente modo: "Pero tal suposición, sobre ser forzada, resulta necesaria. En los robledales es muy frecuente el tipo de monte bajo, constituido casi exclusivamente por el resalvo. El roble melojo ofrece en la Península una gran facilidad para retoñar; cada árbol está a menudo rodeado de un mata de renuevos. Nada de extraño tiene que los brotes del roble melojo recibieran, por antonomasia, el nombre de rebollo. El paso ulterior para designar el árbol mismo es todavía más explicable".