Del latín (VILLA) MARCIĀNA, nombre de la propiedad o hacienda de MARCIUS, adjetivo formado con el usual sufijo -anus, -ana para nombre de propiedad. No podría excluirse, con todo, que estemos ante una formación sin sufijo a partir del nombre personal  MARCIĀNUS. No hay,  en todo caso, muchas diferencia entre una cosa y otra, como hemos señalado en casos similares. La fonética del término acusa una clara influencia mozárabe-árabe: palatalización de /k/ en /ch/,  cierre de /a/ en /e/ (imela). Otro topónimo, pues, derivado del nombre de poseedor.