MARIA
La popularidad de este nombre se debe a que fue el de María, la Madre de Dios. Deriva del nombre propio bíblico Miryãm, adaptado en griego como Μαριάμ o Μαρία, y en latín como Maria (DicNomProp 562).
La pronunciación actual María, con el acento de intensidad sobre la i, no es la única que usaron los cristianos en los primeros siglos. Juvenco, poeta hispanocristiano del siglo IV, solía acentuar Mária, en sus poemas, y Sedulio, otro poeta cristiano del siglo V, cuyo país de origen se desconoce, vacilaba entre Mária y María. En cambio Venancio Fortunato (francés, siglos VI-VII) empleó siempre María (Pocklington_Estudios 96).
Como resultado, existen topónimos hispánicos derivados de la variante Mária, donde se produjo la evolución -ária > -áyra > -era. Por ejemplo: Santomera (Murcia), Santa Maira (Castell de Castells, Alicante), Santamera (Atienza, Guadalajara) (Pocklington_Estudios 95-9). El nombre propio Mayra o Maira puede tener este origen.
Redaición: Robert Pocklington Freakley