APĬCŬLA
Estamos ante una forma de diminutivo del usual y clásico APIS, poco frecuente en latín clásico pero atestiguada desde Plauto. Se ha producido la lexicalización del diminutivo que encontramos en otros términos romances procedentes del latín clásico, como es el caso de AURĬCŬLA “oreja” a partir de AURIS, -IS o de ŎVĬCŬLA a partir de ŎVIS,-IS, “oveja” y ha sustituido por completo en las lenguas romances a la forma de la que deriva. En el conjunto de las lenguas indoeuropeas no aparece una palabra común para la designación de “abeja”, encontrando grandes diferencias y estando APIS, en principio, aislada del conjunto que forman las occidentales, desde el eslavo al mismo italo-celta (DÉLL, 39, 258). El griego, por su parte, ha formado una palabra propia, nueva, a partir del sustantivo “miel”, μέλι μέλιττα designando a la abeja como la “de la miel”, μέλιττα, formación esta no desconocida del todo en algunos dominios hispánicos modernos en donde la abeja es denominada “mosca de miel”.
Como se ha señalado el sustantivo clásico desapareció de las lenguas romances, aunque dentro del latín formó algunos derivados del tipo APIĀRIUS, APIĀRIUS, “colmena”, APIUM, “apio”, entendido para los latinos como “la hierba de las abejas”, etc. A partir, pues, de APĬCŬLA hallamos port. abelha, gall. abella, cast. abeja, cat. abella, fr. abeille, it. pecchia, etc. (REW 523).
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Redacció: E. Nieto Ballester
E. Albán Romero, alumna de Historia de la lengua latina, UAM, curso 2023-2024.