NŎVĀLE
El adjetivo latino arcaico, clásico, de toda época, NŎVĀLIS, -E es un derivado del usual NŎVUS,-A, -UM, "nuevo" (Varrón, Virgilio, etc.), especializado en el ámbito agrícola, con sustantivación frecuente, para la designación de un campo cuyo cultivo se ha interrumpido para su renovación, esto es, un campo que ha estado en barbecho o que se cultiva por primera vez después de tareas de desbrozado o tala (DÉLL s.v. NOVUS). La palabra ha pervivido en las lenguas romances (REW 5966): port. cast. cat. noval, afr. novel, it. novale, log. noale, etc. La palabra no aparece en el DRAG, pero los testimonios portugueses son antiguos y frecuentes (ya en 976, DELP s.v.). En aragonés se señala un derivado noualio con el significado de "rotura", "tierra roturada", que parece derivado (Andolz, s.v.).Tanto en castellano como en catalán la voz no tiene gran vigencia desde hace siglos.
Redacció: E. Nieto Ballester