CŌTE
El latín cōs, cōtis, ac. cōtem, “piedra de afilar”, “guijarro” no ha tenido amplia pervivencia en las lenguas románicas, tampoco en el ámbito concreto de las lenguas hispánicas. Debe de ser por azar que solo la tenemos testimoniada a partir de Cicerón, pues parece un antiguo nombre de acción que ha tomado un significado más concreto (DÉLL 145 Entre los resultados románicos puede señalarse (REW 210-211) así rum. cute, engad. cut, prov. cat. cot. Sus pervivencias directas son en general siempre marginales, siendo más abundantes formaciones románicas derivadas, como el esp. codón, con un sufijo –ón que no estamos seguro de calificar como aumentativo o diminutivo. Hay en el ámbito hispánico algún caso en el que hallamos resultados directos de una de una formación diminutiva latina, como cat. còdol, del lat. cōtŭlus.
Redacción: E. Nieto Ballester