Debe entenderse que estamos ante un peculiar topónimo compuesto del sustantivo común castellano valle, del latín VALLIS, con el antropónimo Atanasio, de origen griego en última instancia, pero adaptado por el latín. Probablemente el topónimo se ha creado en un período completamente latino como VALLE ATHANASI, en gen. sing. de nombre de propietario, lo que es frecuente. La evolución fonética no plantea especial dificultad, con síncopa de vocal interior átona y apócope de esta vocal, igualmente átona, *valle atanási > *vallatanás > valtanás. La síncopa ha debido preceder a la sonorización de las sordas intervocálicas, algo bastante antiguo. Con todo cabe que esta sonorización no se hubiera producido en el antropónimo por su propio carácter de tal o por haber sido introducido en uso con posterioridad a dicho fenómeno fonético. Para la presencia del antropónimo en la península Ibérica, HRN 214.