AITA
El nombre propio castellano de hombre, Echa fue muy frecuente en la Edad Media. Naturalmente aparece con muy distintas grafías, como Eita, Ecta, Aeita, etc. Es la adaptación castellana de la palabra vasca aita, "padre", con palatalización de /t/ de valor afectivo-diminutivo. Se ha producido también la monoptongación del diptongo originario (HRN 423-423 con abundante bibliografía y relación de las muchas variantes gráficas, fonéticas y morfológicas del nombre, así como su uso en otros nombres compuestos, también MenéndezPidal_Origenes, 62, 282). La utilización de nombres de parentesco de origen vasco como antropónimos en castellano presenta otros ejemplos, como Minaya, que muestra el sustantivo vasco anai "hermano", unido al posesivo romance.
Redacción: E. Nieto Ballester