GRIJA, GUIJA
El sustantivo castellano guija, documentado a partir del 1300, es de origen incierto. DCECH s.v. ha propuesto partir de lat. PĒTRA *AQUĪLEA, siendo *AQUĪLEA un derivado no atestiguado de AQUĪLEUS, “aguijón”, que a su vez sería una variante de la forma clásica ACŬLEUS. Supuestamente se habría dado ese nombre a las guijas por lo mucho que lastimaban a los pies. Junto a guija ha existido también una forma masculina guijo y también grija, con/r/.
Se trata de una palabra sin paralelo apenas en las otras lenguas romances, ni en España ni fuera de ella, lo que no es frecuente en palabras heredadas directamente del latín. La forma masculina guijo que hemos mencionado aparece también desde finales del siglo XIII (1297), en uso toponímico. Usualmente se entiende que la forma masculina es posterior a la femenina, aunque no hay datos que permitan asegurarlo, y bien podría haber sido al revés. El derivado sufijado guijarro a su vez aparece en nuestra documentación desde mediados del siglo XV, como también, poco después, guijarral y guijarroso, muy poco frecuentes. Respecto de la variante grija los primeros ejemplos en textos escritos a nuestra disposición proceden de principios del siglo XV y parecen extenderse solo hasta principios del siglo XVI, a partir del cual no hay testimonios escritos de su uso. Esta variante grija, con todo, aparece desde 1803 y hasta la actualidad en los diccionarios de la Academia, con la indicación "desusado". A pesar de esto, nos parece que es muy antigua, pero que nunca ha sobrepasado el nivel popular-dialectal, como muestra su presencia abundante en la toponimia.
Así pues, la etimología planteada, si bien es cierto que con dudas, por DCECH no puede ser considerada admisible. En este orden de cosas, el firmante de esta nota ha propuesto incorporar al conjunto de datos la existencia de otra variante quija, testimoniada solo a partir de la toponimia. Con todo ello, se propone grija como forma más antigua y se propone que esta procede a su vez del lat. QUADRUM, con adición del sufijo, si se quiere en latín QUADRĪC(Ŭ)LA, sino en romance castellano mismo -ija añadido a quero, resultado de QUADRUM. El significado despectivo-diminutivo proporcionado por el sufijo es el que está presente en muchas otras palabras de este mismo campo semántico como cantija, casquija, cantorrijo, cotija, pedrija. Respecto del significado, el sustantivo latino QUADRUM puede haber pasado de significar ‘cuadradillo’ a ‘borde’, ‘canto’, justamente el significado que, con todo vigor, está presente en el catalán actual caire. También puede haber pasado a significar ‘trozo’, ‘pedazo’, ‘porción’ (y de ahí después ‘trozos de piedra desmenuzada’, ‘piedra pequeña’ simplemente). Hay motivos para considerar que los primeros pasos del proceso ya estuvieron presentes en el latín mismo, pues quadra significa, en autores clásicos, ya ‘porción’, ‘trozo’. La documentación medieval a nuestra disposición testimonia algún uso concreto de QUADRUM como sinónimo de facto de PETRA en Cardeña, año 994, en la expresión QUADRUM FICTUM para significar "piedra hincada", "canto hincado" propiamente. En conjunto se trata de una teoría compleja y difícil, algunos de cuyas conclusiones pueden ser erróneas, pero que da un todo verosímil que explica a la vez el origen y desarrollo de grija-guija y los dos significados de canto, "piedra" y "esquina". Detalles, amplios datos toponímicos y bibliografía en Nieto_2019.
Redacción: E. Nieto Ballester