Priego de Córdoba
Tipologia ou caracterização geográfica
Derivado
Resumo geral
En principio, y como alternativa a las hipótesis que se han formulado hasta la actualidad (puede verse más abajo) existen dos posibilidades de interpretación, que solo difieren en detalle, y que tienen en común el ver, resumiento, en el topónimo Priego un significado último de "pedregoso".
En principio, como una primera posibilidad, cabe que haya que relacionar Priego con un amplio conjunto de voces románicas derivadas en última instancia de lat. PĚTRA, “piedra”, “peña”. Esta relación está sustentada en el hecho de que en un amplio conjunto de voces derivadas hallamos la presencia constante de un elemento que funciona como interfijo –eg-, en donde /g/ procede con seguridad de /k/: esp. pedregal, pedregalejo, pedregoso, pedregosilla, cat. pedregat, occ. peiregal, port. pedregal, pedregoso, incluso mozárabe petreqáira, “roqueta salvaje”, etc. No es fácil, en modo alguno, detallar cuál ha sido el origen exacto de este elemento. Se ha supuesto, con cierta verosimilitud, la existencia de una forma tardía lat. *PĚTRĬCA, que sería el resultado de una derivación regresiva a partir de lat. PĚTRICĚLLA, “piedrecilla”. Con la intermediación de un falso análisis se habría formado este término *PĚTRĬCA. A partir de este término se habrían formado todos los derivados con el “interfijo”, como los mencionados más arriba pedregoso, pedregal, etc. Así pues, si se considera posible la existencia de un lat. *PĚTRĬCA, es razonable plantear la posibilidad de la existencia también de un derivado masculino secundario *PĚTRĬCU, por analogía con adjetivos acabados en –ǐcus, -ǐca, -ǐcum posiblemente, aunque también cabe que sea sencillamente la manifestación de la tendencia románica a formar parejas del tipo pozo/poza, hoyo/hoya, lomo/loma y tantos otros. A partir de esta forma *PĚTRĬCU, la evolución fonética hasta Priego es bastante sencilla: *pédrego >*piédrego > *priédego> Priego. Nótese que el resultado último de la evolución ha dado, casualmente, un resultado en -iego, un sufijo bien conocido del castellano, aunque aquí no sería tal sufijo.
Precisamente en torno a esta cuestión del sufijo –iego está la segunda manera de explicar el topónimo Priego al que hemos aludido más arriba. No es muy distinta de la anterior sino en el detalle del propio origen del “interfijo” velar. Así pues, cabe que nuestro topónimo Priego no deba ser entendido exactamente como un resultado de esa forma supuesta latina *PĚTRĬCA, sino que deba ser analizado como pedr-iego, es decir se podría vislumbrar la presencia de un sufijo –iego, añadido directamente a la base usual latino-románica pĕtra, pedra. Se trata de un sufijo circunscrito al romance hispánico que sirve para formar adjetivos, que pueden sustantivarse más tarde. Tuvo su origen primordialmente en el análisis como morfema de las terminaciones de adjetivos latinos como Graecus (>griego), Gallaecus (>gallego), Iūdaicus (>cast. judiego). Su productividad no ha sido mucha, aunque encontramos, incluso actualmente, un uso amplio como sufijo de gentilicios en casos como pasiego, lebaniego, manzanariego, etc. Es digno de mención, por último, que los datos toponímicos españoles muestran una extensión grande del uso en casos en los que el nombre común no ha perdurado. En muchas ocasiones, por diferentes razones, no somos capaces de explicar la base a la que se ha añadido el sufijo, por lo que puede tratarse en ellos de otra cosa. Sin ánimo alguno de exhaustividad se puede citar casos como Albendiego (Guadalajara), Los Pumariegos (Cangas del Narcea, Asturias), Los Casariegos (Salas, Asturias), etc. La adición del sufijo –aecu, -eco, -ego a la palabra base petra, pedra, piedra sería solo un ejemplo más de la rica serie de derivados de este sustantivo que encontramos en los romances hispánicos. Podemos citar, así, otros casos, del tipo pedriza (>pedrizal , pedrusco, pedrisca, pedrisco, pedreño, pedrón, pedroño, etc. Partiendo, pues, de un adjetivo *pĕtraecum es razonable considerar una evolución fonética a pedriego o periego, con posterior absorción de la /e/ átona de la sílaba inicial en Priego.
Detalles sobre esta análisis, con mayor argumentación en Nieto Ballester 2021.
Aspetos geográficos, históricos, administrativos
Importante villa cordobesa. Se encuentra en el sureste de la provincia, a unos 100 kilómetros de la capital, en pleno corazón de las sierras subbéticas. En su límite sureste se alza la sierra de Horconera, con el pico más alto de toda la provincia, La Tiñosa, de 1.570 metros y el Pico Bermejo de 1.476 metros. Aunque está situada en una comarca muy romanizada desde fecha temprana y tenemos constancia arqueológica de poblamiento romano en la localidad y en zonas adyacentes, debe descartarse su identificación con la ciudad romana de *Ipagrum. Tuvo un importante desarrollo en época musulmana. Fue tomada por el rey Fernando III en 1226 y permaneció hasta 1330 en poder de la Orden de Calatrava, para volver de nuevo en ese año a manos musulmanas. Pasó a poder castellano definitivamente en 1370. La documentación castellana a nuestra disposición la denomina siempre Priego, con un nombre en todo igual a la localidad conquense.
Dada la existencia de la villa conquense, en 1857 se sanciona el segundo elemento "de Córdoba" para esta localidad cordobesa.
Informação específica de étimo para este topónimo
J. Coromines (1976: III, 96) corrigiendo una hipotesis anterior suya, no sobre nuestros topónimos, sino sobre el alicantino Pego (OC 6, 180-181) propuso el topónimo prerromano Ipagrum como origen del cordobés, sin mencionar sorprendentemente el conquense. Según esta hipótesis se habría producido en primer lugar la pérdida de /i/ inicial, que no sería, propiamente hablando, un elemento de la raíz (se compara aquí casos muy conocidos como vasco Baigorri frente a ibai , “río”, luego “río rojo”), con posterioridad una metátesis de la líquida *Pagrum > *Pragum y un cierre de /a/ debido a la fonética de hablantesarabófonos (imela). Explica también como procedente del mismo origen el topónimo alicantino Pego ,que además de todo lo anterior habría perdido la vibrante como consecuencia de la tendencia de la lengua árabe a la eliminación de los grupos consonánticos (en este caso [pr]) en sílaba inicial Como se ha señalado, esta hipótesis modifica sus propios planteamientos anteriores, pues previamente había propuesto que el topónimo alicantino no sería sino el resultado del término lat. pāgus , “distrito rural”, con cierre de/a/ en /e/ por imela, al igual que en la explicación comentada antes. En esta primera aproximación Pego no fue relacionado en ningún sentido con Priego . Sin duda, el abandono de esta primera hipótesis se debió al conocimiento posterior o al haber relacionado con posterioridad las formas que las fuentes árabes daban al topónimo cordobés que se han mencionado más arriba. De esta manera Priego y Pego mostrarían distintos grados de modificación de un mismo étimo en su adaptación a una lengua tan distinta fonéticamente como el árabe, pues el topónimo alicantino sería el resultado de un grado de arabización mayor, evidenciado por la desaparición incluso de la vibrante de la primera sílaba. Coromines señala, por añadidura, que el topónimo Pego se repite algunas veces en Galicia y en Portugal (incluso en las Azores) y afirma que todos ellos serían otras muestras más del topónimo prerromano Ipagrum evolucionado de la misma manera que en el caso alicantino. Por muchos motivos, como el simple hecho de que Ipagrum no estuvo nunca en Priego de Córdoba sino en Aguilar de la Frontera, la hipótesis puede ser rechazada sin duda alguna. Al margen de ello un topónimo como Ipagrum resulta realmente inimaginable en la provincia de Alicante.
La hipótesis abandonada por Coromines fue retomada en un trabajo relativamente reciente (Vega & Peña 2005), en donde se propone justamente que el lat. pāgus sea el origen de las formas árabes mencionadas y del topónimo Priego (de Córdoba). Como suele suceder, se omite el topónimo conquense y el alicante Pego, que estaba en el origen de la hipótesis cuando Coromines la defendía, tampoco es mencionada. La hipótesis puede ser razonable para dar cuenta de las formas árabes, pero no explica en modo alguna el porqué de la adaptación castellana de Priego en dos ocasiones, con una /r/ sorprendente a partir de lat. pagus.
Documentação histórica
Antiga e medieval
Fuentes árabes
"Bāguh", "Bīguh", "Bāgū", "Bāga"
Fuentes castellanas
"...que vocatur Priego , quae est inter Loxam et Luc....Do etiam vobis Priego..." 1245, BullariumCalatrava.
“…et por que Jahen non se pudo conbater por la gran fortaleza della tollio le los panes & las frutas & desi movio ende & fue a Priego….”, ca. 1270-1284. Estoria de España, Alfonso X, CDH.
“de commo el Rei don ferrando se partio de sobre Jahen & entro por tierra de moros, astragando quanto fallaua &tomo Priego & mato & catiuolos moros dende”, “…E moujo dende & fue sobre Priego, una villa fuerte, rica & abondada & muy sano logar…”. ca. 1325, Crónica de Veinte Reyes, CDH.
"En derredor de Priego" ca. 1340, EstudioLMontería.
"...a las nuestras villas e castiellos de Alcala de Bençaide e de Priego...", 1342, ArchivoBaeza.
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Moderna
"Priego, 7 leguas van por Martos...", ca. 1517, VocabularioColón.
"Priego", 1528, CPecheros.
"Pliego", 1591,
"...de la dicha villa de Priego...", Ejecutoria sobre acotamiento de las viñas de su término, 1597, AHN, PARES.
"Priego", 1646, Vecindarios.
"...conde de Priego...", Ejecutoria del pleito litigado por José Fernández de Córdoba Garcés y Carrillo de Mendoza...", 1713, ARCHV, PARES.
"Priego pasa a llamarse Priego de Córdoba, Censo de 1857", Variaciones.
Cognatos e nomes de lugares relacionados
Al margen de la importante localidad conquense del mismo nombre, Se puede hallar otros topónimos menores que muestran también Priego en Jaén, Córdoba, Granada, Cuenca y Murcia. Debe de tratarse de denominaciones secundarias, en muchos casos de origen antroponímico. Quizá pueda ser distinto a todos los anteriores un topónimo aislado de este conjunto que guarda cierta coherencia, Arroyo Valpriego (Boca de Huérgano, León, a medio camino de los Picos de Europa y las montañas de Riaño), que si fuese realmente independiente podría mostrar –priego como adjetivo calificativo de val-, lo que tendría gran importancia.
Naturalmente para la noción de "pedregoso" los topónimos españoles son innumerables. Puede verse, por ejemplo, en esta misma obra ToponHisp El Pedroso (Sevilla), con más referencias internas.
Toponimia de las zonas central, sur e insular atlántica PID2020-114216RB-C66,proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, integrado en el Toponomasticon Hispaniae.