VALLE
Aunque debe de tratarse de una palabra que estaba ya en los orígenes del idioma, el latín VALLIS, -IS, femenino, casualmente solo aparece documentado después de Cicerón (aunque también por azar el derivado CONVALLIS, un valle cerrado por todas partes, aparece un siglo antes en la Sententia Minuciorum). No está claro su origen, particularmente la geminada /ll/ (DÉLL s.v. VALLIS). Ha generado una serie pequeña de derivados sustantivos y adjetivos como el mismo CONVALLIS citado, VALLĒCULA, etc. El término es panromance, REW 9134: gall. port. vale, cast. valle, cat. vall, fr. prov. val, it. valle, rum. vale, etc. (DCECH s.v., DÉLP s.v. vale1, Dcat s.v. vall). Ha conservado en general el género femenino que tuvo en latín clásico, aunque como muchos bisílabos y monosílabos de la llamada tercera declinación hallamos vacilación en el género y de esta manera el fr. val, el cast. valle y el gallego y portugués vale aparecen como masculinos, aunque siempre se encuentran excepciones en estas lenguas en esta cuestión, particularmente en la toponimia, como también ocurre al contrario en las lenguas que conservaron el género femenino. En uso adverbial el vocablo se extendió al vasco a partir del romance de los Pirineos y aval "hacia el valle, abajo" aparece como adverbio en ronc. apal, sul. aphal e incluso como adjetivo apal "humilde" (FHV, 229).
Redacció: E. Nieto Ballester