RŬBEA, RŬBEU
En el marco de la reorganización del campo semántico de los colores en el paso del latín a los romances, el latín rŏbĕus pasó a rŭbeus por analogía con rŭber, y en el latín medieval a rubius. Había otro término, russ(e)us, que designaba esta gama del 'rojo', pero ambos fueron evolucionando semánticamente para deshacer la homonimia (vid. PatromIV.I, s.v. rubeus). El medieval rubius dejó diversos descendientes en los romances hispánicos, con distintos matices: gall. rubio 'vermello, encarnado', 'entre castaño e vermello', 'roxo' (DRAG), port. ruivo 'que é avermelhado ou alaranjado' (Priberam), ast. rubiu 'Del color del oru, de color castaño claro', royu 'ensin madurecer [la fruta]' (DELLA), 'vermello', cast. royo (ant.), rubio 'Dicho de un color: amarillento, parecido al oro)' (DRAE), arag. royo 'rubio, rojo, bermejo", 'pelirrojo' TLA, cat. roig 'vermeil amb tendència a groc o a color d'argila' (DECat). En algunos idiomas la evolución patrimonial subsiste solo en la toponimia (como en el cast. royo) o con significados muy restringidos (ast. royu) y en otros la forma general para el color es un cultismo (gall., cast. rubio, ast. rubiu) o semicultismo (port. ruivo).
Redacción: Ana Boullón
Contribucións: Javier Giralt, Emilio Nieto.